Usbek,
los autores de "la grieta" arremeten contra los trabajadores. Si bien dijeron una cosa, hacen otra. No paran a analizar, sólo echan gente.
De a cientos se cuentan los que son cesados o despedidos en diversas áreas estatales. La vicepresidenta de la Nación echó a trabajadores del Senado, así, sin esperar informe alguno. Y en el total echó a cien personas discapacitadas que cumplen tareas en ese organismo en medio de declaraciones que dejan en claro la persecución desatada.
Con los trabajadores discapacitados debió rectificarse. Un bochorno.
Quedan en evidencia: como la fusiladora de 1955/1956 vienen a regar la tierra con sal.
Uzbek se vio obligado a huir de su país. "Las leyes de China –escribe Montesquieu haciéndole decir a Usbek, eludiendo hablar así de las de Francia– mandan que quien falte el respeto debido al emperador sea castigado con la muerte. Como no definen en qué consiste esa falta, cualquier cosa puede dar pretexto para quitarle la vida a una persona a quien se tenga mala voluntad, y para exterminar a una familia entera" Cualquier parecido con la realidad no es casualidad
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